el hombre en la noche

el hombre en la noche

diarios oníricos


El hombre en la noche enciende una luz para sí mismo (Heráclito)



19 feb 2014

obscura memoria: alertas





Las alertas permanecen despierto o dormido. Y basta una ensoñación agitada o un pensamiento fugaz rebelde o un recuerdo que se cuestiona con cierta obsesión para que pongan al hombre en marcha. Entonces, aquel ser que parecía rígido se vuelve vertical y toma con sus pasos el suelo. Solar donde se extrae la materia. Horno donde se funde su mineral. Crisol donde la consistencia le transformará en válido. No cabe tanto esperar un resultado final perfecto como un proceso consistente que le vaya dotando de significados. Si la materia ha sido de gran pureza, su resistencia será superior. Si el moldeado le ha concedido un grado elevado de coherencia, su solidez le hará duradero. Si el afinamiento último ha sido expresivo, tocará la comprensión. Necesita contrastar el calor de su propia formación con la frialdad a que se verá sometido en su caminar. Ser erguido es un don y en su esfuerzo lo va aprendiendo. Alcanzará los objetos, pero deberá darles carácter. Desarrollará su técnica, pero se irá cuestionando sobre los límites. Los pasos del hombre erguido finalizan en cada fracaso. Su eternidad reside en la ilusión. Más allá, deberá aprender de nuevo, aunque a su vez tenga que dejar de ser. No hay utilidad de sus movimientos si no acierta a definir sus objetivos. La posibilidad de avanzar ilimitadamente puede desembocar en la quiebra. Su aptitud debe reclamar otras dimensiones. Deberá preguntarse constantemente para qué.