el hombre en la noche

el hombre en la noche

diarios oníricos


El hombre en la noche enciende una luz para sí mismo (Heráclito)



10 mar 2014

raíces (puentes)




Cuando el hilo se vuelve raíz. 

O descubres que lo ha sido siempre. Llámalo, si quieres, cordón umbilical. Sé más atrevido: puente, senda, mano. Oscura memoria. Tentado estás a pronunciarlo de otro modo: palabra. No sabes dónde comienza a hacerse visible o dónde es todavía arcano. De los territorios de allá abajo procede todo. Incluso la enseñanza que te proporcionaron germinó bajo tus pies. Has vivido con las ilusiones de la superficie, como la mayoría de los demás hombres. La tierra profunda no se siente agraviada por ello, pues entre sus secretos hay más bondad que en el corazón de los de tu especie. Sois vosotros los que vivís agazapados, no el mundo de las entrañas. 

Quiero saber de vuestra presencia 

para atemperar mis ansias de desconcierto, pronuncio en voz baja. Vivir aquí arriba se hace tedioso. Solo se vive en un combate de imágenes. Nadie se acerca a nadie para sentir al otro. Solo para ver su reflejo. Nadie echa una mano a nadie, como no sea para asegurarse que él se salva también. Nadie escucha a nadie, salvo para oír los propios argumentos rebotados. Nadie busca crecer, pues el alimento que lo posibilitaría no es ingerir un día y otro la misma ración de hastío.

Dejad que me busque entre los pliegues del árbol viejo.