el hombre en la noche

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diarios oníricos


El hombre en la noche enciende una luz para sí mismo (Heráclito)



4 mar 2022

El ave del paraíso



A veces el hombre en la noche silenciosa no sabe callar. Y en la duermevela, sin que sepa si sueña o si piensa, que es otra forma de soñar, le agita la brusquedad.

Ha escuchado una detonación seca y el aire se ha agitado. Cree estar solo y sabe que el silencio no suena, al menos no con sonidos que no le sean propios.

El hombre no es menos hombre por ser niño. Ni cuando lo era ni cuando ya anciano retorna en busca de lo perdido. ¿Será el golpe metálico que he escuchado como el rumor de una caracola que te lleva al origen?, se pregunta.

Luego retorna el silencio. El espacio en que no existen las preguntas y en el que no se arriesga respuestas.

El hombre en la noche callada sigue caminando entre sombras. No es temor a las antiguas imágenes con que se asustaba a los díscolos. Es la incertidumbre que se enmascara en los recovecos invisibles. Lo invisible no es lo que no se ve, sino lo que no se percibe, piensa. 

Sus pasos seguros, no por viejo sino por cansado, no temen el suelo. Sabe que si se abre un abismo por una pisada fatídica no tendrá tiempo de comprobarlo y eso ya no le inquieta.

De pronto sus pies desnudos han hecho crujir algo que no es hierba ni ramaje. Se ha agachado y tanteando sus manos acarician la suavidad de un plumaje. Recorre el pequeño cuerpo, sitúa la posición de unas patas inertes, acicala la cabeza redondeada del animal. Da forma al pájaro. ¿Habrá caído el ave del paraíso?, duda pletórico en su avance hacia el fin de la noche. 

Es instintivo en el hombre soplar sobre el pájaro caído. Signo de insuflar vida incluso a los muertos. El hombre se siente más vivo si sopla sobre los elementos inmóviles. Lo ha hecho siempre. Soplaba sobre las piedras, sobre las estatuas, sobre las páginas de textos oscuros de los libros, sobre los rostros inexpresivos de otros hombres.  Sobre las ideas que no cuajaban en su mente lenta. Tal vez esta vez resulte y mi caminar hacia lo ineludible se demore, se dice. El ave del paraíso también es de este mundo, pero él quiere que sea un puente imaginario hacia el no retorno.

Por un instante las manos del hombre creen sentir calor del animal. Lo acerca hasta su rostro y en medio de la noche el plumaje se tornasola, las patas pierden rigidez, se yergue altiva la cabeza, el pico se entreabre y todo el cuerpo transmite una leve agitación al hombre de la noche. 

La noche se queda sola y el hombre vuela.



15 comentarios:

  1. Preciosa prosa. Y sé quien es el autor.

    Abrazo en el vuelo.

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  2. El hombre vuela impulsado por un soplo que desconoce.

    Saludos.

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  3. Vengo desde aquí guiada por una antorcha y me encuentro este texto tan hermoso y emotivo, además, me ha llevado a un lugar de la memoria donde yo misma estoy a pleno día con un pajarillo herido en las manos, me lo encontré en la calle cuando volvía a mi casa y que me produjo un profundo temor, pero al mismo tiempo sentí una sensación de amor muy grande por él. No sé ni de heridas ni de pájaros y no sabía qué hacer con él pero no quería dejarlo morir. Pensé que en mis manos estaría tan asustado como yo así que le busqué un sitio en alto para que no lo alcanzasen los gatos y fui a la casa a buscar un platillo con agua. Dicen que la mayor manifestación del milagro de Dios es la vida y yo por eso recé por el camino, recé por la vida de ese pajarillo y volví con el agua. Luego me retiré por el miedo, el suyo, el mío, y el pajarillo voló. No es metáfora, es verdad lo que cuento y al leer el texto con el hombre que le sopla al pájaro caído y que luego vuela, has descrito tan bonito y tan real esa sensación del pájaro que comienza a tomar cuerpo y vida en las manos del hombre que me lo ha hecho recordar.
    Saludos

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  4. Ese solplo que se prende en los durmientes, qué buen texto.

    Un abrazo

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  5. Tu forma de "soplar" me es conocida y aunque lógicamente puedo estar nadando en un error, creo que te conozco. Pero Shssst !! los amigos se respetan. La discreción se impone.

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  6. "¿Será el golpe metálico que he escuchado como el rumor de una caracola que te lleva al origen?": m'agrada molt aquest tros, el so d'una conquilla és una imatge fantàstica sobre el retorn del passat.

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  7. La noche es un territorio dispuesto para que la imaginación trabaje, ya sea en la vigilia como en sueños. Preciosa historia, en la que el ave en cierta forma me recuerda al golem de los judíos y es capaz de cumplir los deseos de su creador y hacer que este vuele.
    Un placer leerte. Un saludo.

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  8. La naturaleza de la noche transmuta a quienes saben aprovecharla.
    Excelente.

    Saludos,
    J.

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  9. Diz-se que a noite é boa conselheira...escutamos verdadeiramente a alma....
    Interessante o texto.
    Beijos e abraços
    Marta

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  10. Me llama la atención que al niño-hombre ya no le inquiete una pisada fatídica ¿es porque sueña y sabe que en todo caso despertará sin daño?

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  11. No, el ave del paraiso está aquí, el aire insuflado le retornó el aliento.

    Buena lectura.
    Salud, Anna Babra

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  12. Ah, que belleza...cada vez que sienta el sonido, el caer en ese abismo inevitable, cada vez que sople sobre algo sabré que no estoy tan sola en la oscuridad.

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  13. Belleza absoluta. Un texto de prosa poética para leer muchas veces.

    Lo guardo en mi cofre de tesoros.

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