el hombre en la noche

el hombre en la noche

diarios oníricos


El hombre en la noche enciende una luz para sí mismo (Heráclito)



9 mar 2014

raíces (el cuerpo)




Entre ellos me veo. 

No más caduco, sino más hecho. Pliegues y repliegues que se retuercen inocentes. Como mis preguntas: ¿Crecerán más las raíces que las ramas? ¿Puede el ramaje rozar el cielo? ¿Descienden las raíces hasta un punto o amplían la geometría allá abajo sin cesar? ¿Puedo seguir escondiéndome tras el tronco? No me veo en el árbol sino siendo el árbol. Mi extensión en la altura va renunciando a pretensiones. Me siento confabulado en la raíz con cuanto ha ido quedando atrás. El pasado preserva todas las dimensiones. 

El perfil afilado de mi cuerpo tras su cuerpo. 

Cuerpo protector que se te cede. Cuerpo del que comes y en el que bebes. Cuerpo que equilibra tus alegrías y tus estremecimientos. Cuerpo que sientes ajeno y confirmas como propio. Cuerpo que avanza y retrocede. Cuerpo con antifaz y cuerpo descarnado. Cuerpo de temores y cuerpo de osadías. Cuerpo que se ofrece y cuerpo que recoge. Cuerpo con lengua de fuego y cuerpo con llama de saliva. Cuerpo de tierra y cuerpo de aire. Cuerpo generoso y cuerpo flácido. Cuerpo de vagidos y cuerpo de agonías. Cuerpo cara a cara y cuerpo agazapado. 

Escóndete en ti mismo. 

La voz extiende sus lianas y caigo abrazado en lo que es hondo y no se muestra.