el hombre en la noche

el hombre en la noche

diarios oníricos


El hombre en la noche enciende una luz para sí mismo (Heráclito)



17 feb 2014

obscura memoria: aproximación




Impetuosa y silvestre llega desde las ruinas. Se aproxima a la devastación de mi noche. Arrima su aroma a tomillo a mi lecho y me habla de su pérdida. Dispersa con sus relatos la confusión que zahiere mi vigilia. Me cuenta de la debilidad de los dioses y de la necedad de los héroes. Cómo no debo temer a los primeros ni esperar demasiado de los otros. Dice algo que nunca había escuchado. Que hay un juego acordado entre ambos para que los mortales nunca instauremos un estado diferente en el universo. Y sin embargo éste podría ser posible, dice ella con una pizca de ingenuidad que no es propio de una diosa. Entonces me informa de cómo hay un mortal que no se resigna al cambalache. Que le han referido que roba fuego a las divinidades no para ser como ellas, sino para hacer crecer a los humanos. Que incluso le ha visto cómo lo hacía y huir. Que ha callado para no delatar su acción, porque no parecía un héroe cualquiera. Que un día le siguió hasta un lugar donde vio entregar lo hurtado a los de su tribu. Que ella misma ha comprendido que los mortales pueden así disponer de variados usos y de afortunadas expresiones. Lozana y sigilosa permanece a mi cabecera. Vengo de las ruinas de otra parte para evitar la tuya, me ha dicho. Te hablaré del mundo que no conoces y de cómo evitar que caigas derribado cuando los muros de tu ciudad se vengan abajo. Te hablaré de lo que sois capaces si os ponéis a crear con vuestras manos y vuestra imaginación. Te hablaré de la generosidad que yo no tuve. Te hablaré de la contemplación y de la dulce música y de las palabras que también el fuego construye y dan calor. ¿Me hablará también de sus amores?