el hombre en la noche

el hombre en la noche

diarios oníricos


El hombre en la noche enciende una luz para sí mismo (Heráclito)



18 ene 2014

el ovillo




La otra noche se hizo un ovillo y decidió no soñar nada. Como si pudiera elegir lo que está al otro lado pero no al alcance. Para lograr su proposición descabellada no encontró otra manera de impedir el arrebato de los sueños que la vigilia. Aquella guardia permanente le perturbó. No cesó de contonear su cuerpo entre las sábanas. Al resistirse a quedar dormido tensó cada palmo de su cuerpo. Sus músculos se resintieron, los huesos le pesaron, la cabeza no paró de agitarse con mareos, la tos convulsionó su pecho. Sus ojos ardieron y la mirada se disfrazó de seres indeseables. A medida que avanzó la noche cada ejercicio de respiración fue un suplicio. Honda fue la herida de las horas. Malsano el hilo de sus pensamientos. Desesperado el vacío que le paralizó. No se debe echar un pulso con la sombra. Habla otra lengua y clama con otra voz. No se puede evitar que se convierta en venganza si se la niega el cobijo de los sueños.