el hombre en la noche

el hombre en la noche

diarios oníricos


El hombre en la noche enciende una luz para sí mismo (Heráclito)



26 ene 2014

perecimiento




Perecí en el mismo sueño, porque si no se toca la profundidad del desamparo no se entiende toda la vida. Perseguí, no como el depredador necesitado de presa para su recreo, ni como cazador de la elemental subsistencia, ni como rastreador de ansiedades, el territorio de posibilidades donde igual que se nos ofrecen generosas también se nos demandan exigentes, requiriendo las aptitudes más hábiles y las conductas más auténticas. Recorrí espacios deslumbrantes y oquedades umbrosas donde ni en unos veía con suficiente claridad ni en las otras permanecía totalmente ciego. Fui entonces alguien por añadidura, pues quien recorre, persigue y perece se encuentra y justifica para siempre el instante de su desaparición. Y en esa meta, la duda dejaba de estar. Los monstruos dialogaron y echaron a suertes si yo debería relevarlos en la sinrazón, pues había superado -me dijeron- todas las pruebas de mi propio don de monstruosidad. Hubo un silencio interminable como si nada hubiera ya. El cansancio tiene cura, pero hay que procurar reconocer su afección.